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Talleres de future design: un viaje al futuro.

El deLorean en Back to the future*. El sendero que se bifurca, tanto en Borges* como en Dark*. Los artefactos para viajar en el tiempo en The Fox and the Forest, de Bradbury*. Todos: vehículos para surcar la temporalidad, a veces para adelante, otras veces para atrás. Y es que aunque nos han dicho que viajar en el tiempo es imposible, la evidencia muestra lo contrario.

Por eso, con los ojos bien abiertos, en Háptica decidimos enviar a unos viajeros (personas de distintas empresas de áreas de innovación, publicidad, estrategia, entre otros) a tres tiempos futuros distintos: 2030, 2040 y 2050, todo bajo el marco de un taller creado mediante la metodología del Diseño de futuros, junto con el Club de Innovación y que se llamó: Prisma.

Pasado

En Háptica, el Diseño de Futuros desde hace un tiempo lo hemos venido estudiando. Exploramos teorías especulativas, diseño crítico, diseño ficcional y teoría de sistemas, todo con el objetivo de construir nuestra metodología propia, basada en todo esto, pero con el ADN haptiqueño de estar centrado en las personas. Construirlo fue como ensamblar una nave que viaja en el tiempo y lo logramos después de viajes fallidos, equivocaciones temporales y mucho tiempo ajustando esta máquina. Pero, finalmente, logramos construir este vehículo que tiene como fin permitirle a nuestros clientes que se proyecten en el tiempo para tomar decisiones estratégicas.

Presente

Eso fue lo que hicimos con Prisma, el taller metodológico que diseñamos para el Club de la innovación, en el que los asistentes se subieron a esta nave naranja, viajaron por tres tiempos futuros, desembarcaron en ellos y vivieron por media hora, en cada uno, la realidad específica ya sea del año 2030, 2040 o 2050, enfocada en la temática del trabajo.

Ahora, ¿cómo una representación (o escenario) podía hacer que alguien creyera que estos futuros son posibles?

La respuesta tiene de todo: un entendimiento profundo de las pistas que hoy en día se logran vislumbrar, las tendencias ya reconocibles, el storytelling y el proceso meticuloso de construcción de cada tiempo.

Elementos para crear un escenario futuro

Por esta razón, en Prisma, cada tiempo por el que el viajero pasaba, tenía un protagonista, un ciudadano de esa temporalidad, que les relataba la realidad que vivían, que les mostraba objetos con los que convivían y que además, les resolvían cualquier duda que pudieran tener del futuro que visitaban.

(Los siguientes tres escenarios fueron la inspiración para los primeras historias de Elipsis, relatos del futuro)

2030: trabajo colaboratio

En este futuro vivía Sebastián, cuya profesión era Head Hunter. El gran problema en este tiempo era que el personaje principal necesitaba ayuda para ser relevante en el nuevo mercado, en el cual ser Head hunter no tenía sentido, pues las miles de plataformas con ofertas de trabajo remoto, colaborativo y freelance, suplían las funciones que Sebastián cumplía antes. Con tendencias, herramientas y señales que se les entregaban a los viajeros, ellos debían ayudar a este personaje a resignificar su trabajo.

PRISMA — HÁPTICA — CLUB DE INNOVACIÓN

2040: amplificación de la inteligencia

Camila, una reconocida empresaria de manufactura de la época, relató cómo la tecnología era ahora una aliada del contexto empresarial. En este futuro, los viajeros pudieron ver de primera mano que la tecnología no era el enemigo, como muchos pensaban. Por el contrario, vieron como el humano era ahora reconocido por sus habilidades blandas y que las máquinas (o robots, como muchos asistentes decían), solo los ayudaban en tareas operativas. Allí, el problema a resolver era que Camila necesitaba contratar al perfil ideal para su empresa, y para eso los viajeros debían construir la hoja de vida del futuro.

PRISMA — HÁPTICA — CLUB DE INNOVACIÓN

2050: futuro sin trabajo

Frederick, un habitante de ese tiempo, en una especie de oda al pasado recibía a los viajeros con un tour por el museo de los objetos olvidados, en el que una impresora, una silla de trabajo y hasta una cosedora eran reliquias que en el 2050 no tenían ningún valor. Al entrar, los viajeros se encontraban con que el personaje tenía en sus manos Fahrenheit 451, libro que estaba leyendo actualmente y que servía como referencia a lo que sucedía en ese tiempo: el ocio era una forma de trabajo. Allí, los viajeros tenían que, a través de señales de cambio y tendencias, trazar qué tendría que suceder en el mundo para que el futuro fuera así.

Futuro

Al final, cada uno de los tiempos representó para los viajeros un espacio de reflexión, análisis y proyección, el cual, normalmente, no tienen. Esta, en últimas, fue una herramienta que le permitió a los miembros del Club de Innovación vislumbrar escenarios que antes no se hubieran atrevido a imaginar. El futuro para ellos ya no era imposible, era posible y por lo tanto predecible. Ahora, es deber de estos viajeros aventurarse a tomar los pasos correctos hacia el futuro que quisieran construir, es hora de tomar decisiones proyectadas en el tiempo.

Este es solo uno de los talleres que ha realizado Háptica mediante la metodología del Diseño de Futuros. En nuestra nave naranja también han viajado empresas como Sodimac, Inspyra e ITESO.

Sobre la autora:

Lina Jiménez se graduó como diseñadora industrial de la Universidad del Bosque. En Háptica es líder de cuenta y service designer. Es fanática de las novelas negras, el café y de llorar cada vez que le dan buenas noticias.

Referencias y referentes:

  • Viajar al futuro (Back to the future) es una de las película icónicas de la ciencia ficción. La trilogía fue producida por Steven Spielberg. Tal vez la reconozcan por su personaje principal: Marty Mcfly.
  • Borges, es Jorge Luis Borges, escritor argentino de libros como Ficciones o El Aleph. Dentro de sus textos exploró mucho las disyuntivas de la temporalidad. En Háptica recomendamos: El jardín de los senderos que se bifurcan.
  • Dark es una serie de ciencia ficción alemana, producida por Netflix. Este sábado sale la tercera temporada y todos estamos esperándola con ansias.
  • The Fox and the forest es un cuento escrito por Ray Bradbury, autor norteamericano de ciencia ficción. Su libro: The Ilustrated man contiene ese y muchos otro relatos.
  • Farenheit 451 es una novela distópica escrita, también, por Bradbury. Sí, sí, es en la que el gobierno decide empezar a quemar los libros.